Analizando la calidad directiva, la importancia de la productividad multifactorial

En 2007, The Economist publicó un estudio acerca de la eficiencia de la toma de decisiones empresariales. Una de las conclusiones más llamativas era que el 72% de los directivos participantes de grandes empresas declararon que la toma de decisiones en sus compañías era moderadamente eficiente o mala.

La calidad directiva es uno de los temas sobre los que más se está debatiendo dentro de las empresas en los últimos años. Y no es de extrañar ya que un 25% de la productividad de una empresa depende de la calidad de sus directivos. Es una conclusión extraída del Informe Management as a technology? que hicieron N. Bloom, R. Sadun y J. V. Reenen a finales de 2014 tras analizar datos referentes a 10.000 empresas de 30 países.

En 2016, España ocupaba el puesto número 49 en el ranking mundial en lo que se refiere a la calidad directiva, según el Foro Económico de Davos, lo que supone un retroceso de más de 20 puestos respecto al año 2007, en el que España se situaba en el puesto 27º.

Para poder continuar analizando la calidad directiva, antes tenemos que definir el concepto de Productividad multifactorial.

¿Qué es la productividad multifactorial?

La productividad multifactorial (MFP) es una medida es muy utilizada para medir la productividad de las empresas. Su objetivo es reflejar variaciones en el nivel de producción de una empresa que no son explicadas por cambios en la combinación de factores productivos. Las variables que determinan la PMF de una empresa o un país, pueden ser tanto externas (gobiernos, crisis, catástrofes, acontecimientos extraordinarios), como internas.

En el informe Managerial Capital and Business R&D as Enablers of Productivity ConvergenceOCDE, 2014, de D. Andrews y B. Westmore, se destaca que el ritmo de crecimiento económico de un país está muy ligado a su productividad multifactorial, tal y como se puede ver en la figura 1-B de dicho informe.

Dicho estudio hace un análisis pormenorizado de tres de las variables internas que determinan la PMF en las empresas:

  1. La calidad directiva.
  2. El talento.
  3. La innovación y el desarrollo

¿En qué punto estamos en la calidad directiva?

Los datos referentes a la calidad directiva del Informe Management as a technology? de 2016, nos muestran interesantes aspectos acerca de la calidad directiva en nuestro país.

Uno de ellos es la incidencia que tiene la actividad directiva en la productividad total.

En España, basándonos en dicho informe, casi el 40% de la productividad total de los factores es explicada por la gestión. O lo que es lo mismo, aproximadamente 2/5 de la productividad del país dependen en gran medida de cómo sea la calidad de esa gestión.

El BdE también se refirió a la calidad directiva de nuestro país en otro aspecto concreto: la puntuación media de directivos de empresa. Un aspecto que muestra a España en una posición lejana (18º) en comparación a otros países de nuestro entorno como son Francia, Alemania o Italia.

Según el propio Banco de España, “estos resultados pueden deberse a una menor formación de los cuadros directivos o a un menor grado de profesionalización de la gestión empresarial, en relación con los países de referencia, especialmente en las pequeñas y medianas empresas”

Asimismo, cabe recordar el PFM no sólo depende de la calidad directiva, otros aspectos como la retención del talento o el I+D influyen decisivamente en él.

¿Cómo podría mejorar España en calidad directiva?

A continuación, os ofrecemos algunas habilidades fundamentales para mejorar calidad directiva en las empresas.

  1. La formación en habilidades emocionales

“Estoy aprendiendo gradualmente a ser menos racional y más emocional. Necesitamos apelar a las emociones de nuestros empleados para ayudar a generar un entorno en el que puedan innovar”.  –Pablo Isla, CEO de Inditex

El trabajo ejerce una gran carga emocional sobre los empleados. De hecho, la felicidad laboral aporta un 12% más productividad. Entre las muchas habilidades necesarias para mejorar la inteligencia emocional de los directivos y altos cargos están: la empatía, el delegar tareas y responsabilidades, la motivación de los equipos de trabajo, la capacidad de comunicarse, de reconocer el trabajo etc.

  1. Elección con criterio

Los directivos deben tomar decisiones, y deben intentar acertar. El ego mal llevado, la dejadez, la falta de ambición e incluso el miedo al fracaso presente en algunas organizaciones (tal y como le ocurrió a Nokia) pueden llevar a malas decisiones e incluso a la inacción en un entorno cada vez más incierto.

  1. Visión holística y conocimiento del negocio

Ser experto en un área determinada era suficiente antes. Hoy en día, los directivos deberían conocer no sólo cómo afectan sus decisiones a los resultados de su área de influencia, sino cómo sus decisiones pueden afectar al resto de la organización.

Asimismo, resulta cada vez más importante que los altos cargos no sólo se ocupen de su dirección, sino entender y profundizar sobre el negocio. ¿Cuál es el expertise de mi empresa?, ¿Y mis debilidades? son sólo alguna preguntas que permitirán al directivo entender y conectar con la empresa a la que representa.

  1. Entender y gestionar el cambio

Ya no sirve con conocer cómo funciona un mercado. No es suficiente con entender las problemáticas existentes. El directivo del futuro debe ir más allá y analizar de manera transversal lo que está pasando a su alrededor. Algunos ejemplos de la disrupción que estamos viviendo tienen que ver con:

  • Las tecnologías posibilitan mercados tradicionales con nuevos actores.
  • Las preferencias de los clientes han cambiado. Él es el centro.
  • Los business plan cambian cada vez más rápido, y hay que pivotar.

“La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes” ― Peter Drucker

Cuanto mayor sea la capacidad de anticiparse a los cambios, mayor calidad directiva existirá.


¿Coincidís con ellas?, ¿qué otras habilidades mejorarían la calidad directiva en España?

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