La transformación personal que requiere el nuevo entorno viene de la mano de las personas y programas que realmente entienden las características de los nuevos líderes y son capaces de promoverlas. No hablo de formación. La formación es necesaria pero no suficiente. Hablo de transformación.
La irremediable resistencia al cambio
El ser humano tiene la capacidad de no olvidar, de recordar. Este aspecto tan característico de nuestra especie nos permite deliberar sobre el pasado no siempre de una forma productiva. Solemos reflexionar sobre lo sucedido de una forma egocéntrica y distorsionada, que impide que podamos sacar conclusiones generales que nos sirvan para anticipar y gestionar de mejor forma situaciones similares a las que se han producido a lo largo de la historia.
Parece mentira, pero da igual que estemos en el siglo XXI, sigue persistiendo la incapacidad del ser humano para aprender que la resistencia, activa o pasiva, que suele acompañar al cambio social y tecnológico es siempre una estrategia equivocada.
Lo peor de todo es la falta de autocrítica. Todavía son demasiados los que miran a la historia con una visión miope y prepotente, pensando que los errores del pasado no se están cometiendo en la actualidad; como si lo que ocurre no fuese un fiel reflejo de lo ocurrido en otros siglos e incluso tiempos muy cercanos. Por citar sólo algún ejemplo, recordemos la fuerte resistencia en su momento a la incorporación de máquinas textiles o a la implantación del ferrocarril. Pero tampoco hay que irse tan lejos. Las protestas, bastante recientes, contra Uber y Cabify se parecen bastante a las protestas de la Inglaterra del siglo XIX contra el “coche sin caballos”.
Aunque estas actitudes parezcan propias de generaciones pasadas, algo trasnochado y propio de un tiempo de ignorancia y sin apertura de mente, lo cierto es que no es así, y que estos errores siguen caracterizando al hombre actual. Esta es la forma de pensamiento de muchos, que sin darse cuenta están cayendo en el mismo error de hombres de generaciones anteriores, cuando estos se resistían a lo que hoy nos parece lógico e imprescindible.
El problema es que su confianza inquebrantable en la visión que tienen del hoy y del futuro, hace que no tomen en cuenta numerosos datos que indican que el mundo que conocíamos ya no existe. Todavía no se han dado cuenta del error al seguir considerando que la normalidad de antes de la pandemia será recuperada y que el cambio digital llevará el ritmo que ellos tienen en mente.
Un nuevo status quo ha llegado
Estamos inmersos en una nueva realidad que algunos fueron capaces de vislumbrar hace ya un tiempo en su visión de futuro. La pandemia del COVID-19 ha acelerado este cambio, el de la digitalización y robotización de nuestra sociedad. Ya era imparable, pero en estos momentos se nos ha echado encima.
Estamos en un nuevo escenario, donde la digitalización y el líder ágil y con Inteligencia Emocional, son los elementos esenciales para la adaptación exitosa.
Utilizando la metáfora de mi amigo Luis Mateos Keim, la gran ola que está suponiendo la pandemia del COVID19 ha pillado surfeando con pericia a algunos profesionales y empresas. Otros, sin embargo, intentan mantenerse a flote y no ahogarse, chapoteando sin tener claro qué está pasando. Algunos tienen la tabla de surf agarrada pero, ante semejante ola, no son capaces de ponerse de pié (quien sabe si lleguen a conseguirlo), y hay otros que, agarrados a su flotador y tragando agua, creen ingenuamente que todo volverá a la normalidad anterior y que podrán volver en breve a jugar con su corcho en la orilla. Lo cierto es que no será así. Adaptación o extinción. No hay más opciones.
La cuestión no es si la ola pasará. Esta del COVID-19 pasará, no hay duda, pero vendrán otras. Es el funcionamiento del nuevo mundo VUCA en el que estamos inmersos. Por ello la cuestión no es si tiene sentido aprender a surfear o no. Lo tiene, no hay más opción. La cuestión es cuánto vas a esperar a hacerlo y cómo vas a lograr aprender.
¿Vas a confiar en que te enseñen a surfear los que están aprendiendo ahora?
Quien no ha visto venir la ola, y está apenas sosteniéndose en la tabla no te puede acompañar en tu transformación.
¿Quién te va a acompañar en este proceso?
La transformación personal que requiere el nuevo entorno viene de la mano de las personas y programas que realmente entienden las características de los nuevos líderes, y son capaces de promoverlas. No hablo de formación. La formación es necesaria pero no suficiente. Hablo de transformación.
Se requieren experiencias disruptivas que aporten una nueva forma entender como debe ser el trabajo del hoy y del futuro, no en competencia, sino en colaboración, yendo un paso más allá en las metodologías de desarrollo empresarial, como hace Keim en OSMOTIC con su metodología KIUB. Se requiere conocer nuestra personalidad y nuestros “drives” motivacionales para una mejor autodirección y colaboración tal y como hace de forma tan perspicaz mi amiga Pilar Nieto con el Predictive Index. Necesitamos sacar a nuestro cerebro de la zona de confort, hay que movilizar a las neuronas Netflix, que están acomodadas en su sofá, como diría mi amiga Catalina Hoffman, y como solo ella saber hacer con el Método Hoffman.
Y además, se necesita una nueva forma de acceder y mejorar las competencias básicas en Inteligencia emocional, especialidad de quien escribe y de mi socia y amiga Christine Lebriez. El entrenamiento en Inteligencia Emocional no es entrenamiento en habilidades. No es solo hacer meditación y mejorar habilidades sociales. Debe ser un entrenamiento movilizador experiencial que requiere de expertos que además cuenten con sabiduría (experticia y sabiduría no son lo mismo), que sepan evaluar la IE (el EQ de TTI el mejor instrumento) y conozcan bien y faciliten las situaciones para el crecimiento personal.
Este próximo 4 de mayo comienza una nueva promoción de mindRESET de OSMOTIC , una experiencia disruptiva, transformadora donde se trabajan estos elementos clave para el nuevo estatus quo. Es el comienzo de lo que debería ser. Con un acompañamiento para el lifelong learning.
¿Vas a ser de los que siguen con su ilusión de control esperando a que todo pase y vuelva a la normalidad? Tú eliges con quien surfear y qué papel quieres jugar en el nuevo status quo.